domingo, 21 de junio de 2009

Políticas

Castrismo en Cuba:
En enero de 1959 triunfó una revolución que ha supuesto un cambio en la historia de Cuba y sobretodo, en su relación con los EE.UU.
Tras una serie de duros regímenes dictatoriales, Cuba llega a la segunda mitad del siglo XX bajo la batuta de Batista. Batista encabezó la revolución de los sargentos de 1933, presidente desde 1940, y tras una etapa de ostracismo otra vez presidente en 1952. Su sostén eran los EE.UU, cuyo intervencionismo invoca la enmienda Platt de 1902, por la que se limita la soberanía cubana con la posibilidad de intervención de Washington cuando estén en juego en la isla intereses norteamericanos. Estos intereses eran muchos pues controlaban la producción de azúcar (el mayor producto de la isla) y era su mercado, además de los otros sectores de la economía cubana.
Los asaltos a los cuarteles Moncada y Bayamo en julio de 1953 señalan una oposición creciente que comienza a adoptar forma armada. Los hermanos Castro y otros revolucionarios presos son amnistiados en 1955 y se exilian a México donde conocerán a Ernesto Guevara y con el cual regresaran a la isla en diciembre de 1956. En poco tiempo y apoyado en la masa popular, Fidel Castro entra en Santiago el 1 de enero de 1959 y el 8 en La Habana.
Hugh Thomas, destaca dos fases en la revolución castrista, la primera seria democrática (es decir, pluralista), la segunda totalitaria (con un solo partido). Quizá lo que haya sea una evolución hacia posiciones mas radicales, y menos tolerantes a hacia la oposición.
La reforma agraria definiría la orientación del régimen. El primer texto, de mayo de 1959, es de signo reformista; aun así, choco con las compañías azucareras norteamericanas. En 1960 Eisenhower ordena reducir la cuota de azúcar. En agosto de este año se da nueva forma a la reforma agraria, combinando la parcela familiar y la granja estatal (tesis de Guevara) promovida por el INRA; el resultado no fue muy rentable. En 1963 se hace otra reforma agraria más agresiva en las nacionalizaciones.
Los aspectos mas destacables del castrismo, son:
-Supresión de instituciones de la Cuba capitalista. Control de la prensa, hostigamiento a la Iglesia, expropiación de las compañías de petróleo, azúcar, Telefónica etc.
-Creación de instrumentos de la revolución socialista. Comités de defensa de la revolución, planes quinquenales en la industria, etc.
-Progreso económico. Se intenta romper el monopolio azucarero y en otros aspectos se ha creado una red de hospitales y se ha progresado en la alfabetización.
-Un peculiar modelo político. Las instituciones, Presidente, Consejo de ministros, delegados del poder central en provincias, señalan diferencias con respecto a los modelos usuales en Occidente, a pesar de tener como referencia el régimen soviético.
El régimen castrista sigue resistiendo, aunque cada vez sean mas las concesiones a los inversores extranjeros (con España a la cabeza), mejor este organizada la oposición y los EE.UU. no ceje, con leyes como la Helms-Burton. Tras la caída del muro de Berlín y el fin de la ayuda soviética, Cuba se ha convertido en un anacronismo, vergonzoso para unos y glorioso para otros.


Populismo en Argentina: En este país fue donde más paradigmatico ha estado vigente el populismo con Perón.
Este populismo tiene siempre unos mínimos puntos en común:
-Base popular, apelándose al pueblo al que se encuadra en sindicatos obedientes al dictador.
-Carencia de doctrina precisa;
-Nacionalismo.
-Líder carismático.
-Liderazgo de clases medias y altas.
El golpe de Estado de 1943 sitúa a Perón en el ministerio de Trabajo. Allí realizó un programa de aumento de salarios y disminución de la jornada laboral que le hizo atractivo a los sindicatos. Al acabar la II Guerra Mundial, el embajador de los EE.UU procura desacerse de todos los componentes de la junta militar que simpatizaron con el Eje, por ello, Perón fue detenido, pero un movimiento popular que lo libera y en las elecciones de 1946 obtiene el poder.
Perón se apoderó del aparato del Estado. En 1949 modificó la constitución (con casi un siglo de vigencia, un récord en Sudamérica), dando poderes ilimitados al presidente (él). Apoyado en su carismática segunda esposa, Eva, en un disciplinado partido que funda el Justicialista, y en un sindicato (C.G.T.), controla toda Argentina. El pueblo le apoya gracias a una política nacionalista y efectista, pero de pésimos resultados para la economía. En 1955 fue derrocado por el ejercito, al mando de Leonardi y Rojas
El régimen militar se consagra a depurar la administración expulsando a los peronistas de sus cuadros; el partido justicialista es prohibido, pero los sindicatos resisten.
Tras la presidencia del radical Frondizi los militares recuperan el poder en 1966; una potente guerrilla urbana, los Montoneros, canaliza la protesta de quienes reclaman reformas sociales. Cuando en marzo de 1973 el general Lanusse convoca elecciones, los peronistas consiguen el triunfo de su candidato Héctor Cámpora y con él comienza una serie de episodios rocambolescos; el regreso del líder, que se encuentra exiliado en España, el triunfo de Perón en nuevas elecciones, el nombramiento de su esposa Isabel para la vicepresidencia. En julio de 1974 fallece Perón, y deja como herencia un país en caos, sin cabeza, sin posibilidad de futuro.
Tras un periodo de caos, los duros del ejercito dan un golpe de Estado. Desde 1976 a 1982, las Juntas Militares de Videla, Viola y Galtieri, sumiran al país en una dictadura sombría, que con el pretexto de la lucha contra la subversión violo sistemáticamente los derechos humanos. El fracaso en la guerra de las Malvinas, emprendía por Galtieri para recuperar esas islas de manos inglesas, supuso el principio de la liberación.
En las primeras elecciones libres, triunfó el radical Raúl Alfonsín, hombre de coraje pero que no pudo solucionar los problemas economicos.
Los peronistas volvieron al poder en 1989 con el neoperonista Menem, el cual con una seria de recetas neoliberales y apaciguamientos a los militares (amnistia para los triunviros encarcelados por Alfonsín) rigió Argentina hasta la victoria de los radicales en 1999. Aun así, el temor al golpismo no ha desaparecido aun en Argentina.


México. Este país había sufrido un largo proceso revolucionario en la primera mitad del siglo XX que ha culminado con la entronización en el poder del PRI (Partido Revolucionario Institucional). En apariencia México es un estado liberal pero sin un autentico pluralismo político y con represión a la oposición como la matanza de la plaza de las tres culturas en 1968 contra estudiantes movilizados antes de los Juegos Olímpicos. La presidencia de Luis Echeverría (1970-1975) supuso otro momento de reformas, pero la capacidad de vuelta atrás no es menor que la de avance, de ahí que se hable de “revolución interrumpida”.
Las reformas no terminadas ya las fases de involución se perciben en un balance de la revolución mexicana. Incorporada a la Constitución de 1917 la reforma agraria, él articulo 22 decide la nacionalización de la tierra, pero también la posibilidad de “transmitir a particulares el poder sobre las tierras y aguas, constituyendo así la propiedad privada”. Creación peculiar es el ejido, tierras que se otorgan colectivamente a comunidades campesinas, pero explotadas individualmente tras un reparto de parcelas; el Estado conserva la propiedad eminente y avala la financiación de los primeros gastos. En 1940 las tierras repartidas representan el 49% de la tierra cultivada. En 1971 se votó una nueva ley y se iniciaron nuevos repartos. A pesar de todo, han subsistido zonas de marginación campesinas y México sigue siendo un país tercermundista.
El Estado controla sectores importantes de la industria, pero se encuentra con dificultades, financiera y técnicas, para explotar sus propias riquezas. Los programas de nacionalización no han impedido la dependencia de los EE.UU, con lo que se puede afirmar que la revolución no ha sacado a México de su atraso y de su dependencia exterior.
A pesar de sucesos como la sublevación zapatista, lo cierto es que el PRI no da muestras de que sea posible echarlo del poder e incluso intenta darle un nuevo "toque" democrático a la situación invitando a todo el pueblo mexicano a elegir e unas primarias al candidato del partido para las elecciones, con el fin de eliminar la figura del "dedazo", por la que un presidente elegía directamente a su sucesor.

Problemas en la Economía

Iberoamérica sigue sufriendo los mismos problemas que hace 50 años:
a)Problema agrario.
Se ha deprimido con la industrialización y se ha acusado la estructura de grandes propiedades. Según el Comité Interamericano para el desarrollo agrícola CIDA, en 1960 sobreviven 10 millones de familias rurales muy pobres; en 1970 son aproximadamente 15 millones. Los ingresos bajos nos sitúan en una geografía tercermundista.
Con el aumento de la población se ha provocado una disminución del tamaño de las propiedades, con lo que el problema se agrava. Es inevitable por ello el movimiento periódico de mano de obra.
En los latifundios perviven comportamientos sociales feudales, siendo un sistema de poder en que el hacendado, es la máxima autoridad en contacto con el campesino.
Las dos formas extremas latifundio-minifundio, caracterizan las estructuras de la propiedad.
b)Carencias básicas.
La América latina debe incluirse en lo que Josué de Castro llamó geografía del hambre, con notas características de déficit calórico en la alimentación, infraviviendas (chozas sin ventanas, favelas), hacinamiento, falta de agua e higiene, mortalidad prematura etc.
c)Analfabetismo. Es, quizá, la mayor carencia. En la Conferencia de Buenos Aires de 1966 se dijo que en los países mas densamente poblados, el censo de analfabetos alcanza el 40% de la
Población. En la conferencia de Santiago de Chile, 1962, en que intervienen UNESCO, CEPAL, OEA, OIT y FAO, se definen los objetivos, y el primero es el aumento de la matrícula escolar. A pesar de los esfuerzos, el `problema subsiste.
d)Crecimiento demográfico acelerado.
La tasa de crecimiento de la población ha pasado de 1,8% entre 1920-1930, a 2,2 entre 1940-1950, 2,7% en la década de los cincuenta y 3% en la de los sesenta. Es decir, la población se ha doblado después de la II Guerra Mundial y volverá a hacerlo hasta el 2000. Mientras descienden las altísimas tasas de natalidad, salvo en zonas donde presiones políticas la han conseguido, tal es el caso de Puerto Rico, donde se ha pasado de un 45 por 1000 en 1945 a un 25 por 1000 en 1968. Pero el atraso, la mentalidad, la influencia de la Iglesia, el peso de la tradición, impiden que se pueda cortar la explosión demográfica por la vía única, la de la disminución de los nacimientos.
EL cambio económico más significativo ha sido el aumento de la importancia del sector industrial. A finales de la década de 1970 las manufacturas representaron el 25% del PNB de Sudamérica, un 20% más que en 1956, y por primera vez se superó en importancia a la agricultura, al comercio y a las finanzas. A finales de la década de 1980 el sector industrial ingresó mas del 30% del PNB en Argentina, Venezuela, Brasil, Chile, Colombia, Perú, Uruguay y Ecuador.

El desarrollo industrial en los países de Sudamérica ha estado bajo la protección estatal. Aunque muchas industrias todavía operan con licencias o patentes extranjeras o como subsidiarias de compañías transnacionales, desde 1930 los gobiernos de los estados han intervenido directamente en la industria de motor y los astilleros. En algunos países las industrias manufactureras son lo suficientemente sofisticadas como para producir herramientas, aviones y vehículos militares para la exportación. Sin embargo el desarrollo industrial de la región se enfrenta con muchos problemas reducidos mercados nacionales, tecnología inadecuada y redes de transporte y distribución insuficientes.

Iberoamérica del siglo XX

Entre los hechos, situaciones y problemas que el siglo XX trajo a las naciones iberoamericanas, los documentos seleccionados llaman la atención sobre los más significativos.
El difícil camino para encontrar un desarrollo económico equitativo, las desigualdades económicas en un contexto de aumento notable de población y la crisis de la democracia en ese marco de desigualdades han sido una constante a lo largo de casi todo el siglo en muchos países. La "década perdida" de los años 80 constituye el ejemplo más claro de esa dificultad.
Los movimientos migratorios son consecuencia y reflejo de las dificultades que afrontan las poblaciones. Si en la primera mitad del siglo algunas naciones iberoamericanas fueron polo de atracción de inmigrantes - muchos de ellos españoles -, en la última parte del siglo bastantes de ellas se han convertido en fuente de emigración a los Estados Unidos (la hispanidad norteamericana) y recientemente a España.
Los movimientos indigenistas, a su vez, han llamado la atención sobre los problemas singulares de las poblaciones indígenas.
Finalmente, a pesar de enfrentamientos y dificultades, la aspiración a la integración se ha mantenido intacta a lo largo del siglo XX y ha cristalizado en organismos de cooperación económica y cultural.